Drogas y el afán prohibidor

Un ensayo sobre las drogas, las prohibiciones y los delirios colectivos

Una idea de Jordi Cebrián

Un experimento práctico sobre información y drogas

Voy a permitirme un pequeño experimento que nos dará pie a algunas reflexiones y que debería hacernos pensar también en el tipo de información que se nos ofrece referente a las drogas. El siguiente podría ser el texto de un folleto informativo sobre una nueva sustancia.


Las Autoridades del Plan Nacional sobre Drogas han detectado la presencia en nuestras calles de una nueva y peligrosa sustancia.

Se trata de una droga que actúa sobre el sistema nervioso, provocando una sensación ficticia de bienestar y ausencia de dolor, pudiendo su efecto ocultar enfermedades muy graves.

Está demostrado científicamente que:

 Su uso está asociado a un síndrome de encefalopatía aguda, con degeneración grasa de las vísceras, aumentando en 35 veces el riesgo frente a un no consumidor de esta droga.
 Es posible un shock alérgico aunque sólo se consuma una vez.
 Tras su consumo prolongado, si se abandona su uso aumenta el riesgo de infarto, así como el de otras enfermedades coronarias.
 Su consumo provoca un descenso de la temperatura corporal, en ocasiones de varios grados.
 Puede dañar los riñones y el hígado en usuarios sensibles, así como ocasionar o agravar úlceras de estómago que, en ocasiones, pueden perforarse.
 Inyectada, puede transmitir infecciones como la hepatitis y el SIDA.
 El riesgo de accidentes de automóvil aumenta con su uso.

ADEMÁS:



Su consumo puede producir:

 Erupciones cutáneas
 Dificultad respiratoria
 Somnolencia
 Vértigos
 Cálculos renales
 Calambres estomacales
 Ataques de gota

La sobredosis puede ser letal, pudiendo ocasionar visión borrosa, zumbido de oidos, náuseas, vómitos, somnolencia, sudoración, diarrea y muerte. Por su causa mueren 2.000 personas al año en EE.UU. tantas como por la heroína, siendo de hecho similar el margen de seguridad entre ambas sustancias.


La aspirina MATA,
la jaqueca NO.

Si te ofrecen aspirinas, simplemente di
NO




¿Sorprendidos? ¿Escandalizados, tal vez? Espero que no, dado que toda la información objetiva contenida en este hipotético folleto puede encontrarse en el prospecto de indicaciones de una caja de aspirina. Es cierto, la redacción acentúa ciertos aspectos y desvirtúa otros. El hecho de que el uso de aspirina reduzca la temperatura corporal no es un defecto, sino una virtud de la droga, que es, entre otras cosas, un excelente antipirético. El síndrome con el que está asociado su uso es el Síndrome de Reye, enfermedad poco frecuente pero muy grave. Cuando digo que la retirada de su uso aumenta el riesgo de infarto, estoy, sin falsear los datos, desvirtuando la verdad: en efecto, parece demostrado que un consumo diario de aspirina disminuye el riesgo de infarto, con lo cual, si dejamos de tomarla nos lo aumenta. También es cierto que la ausencia de dolor provocada por la aspirina podría ocultar síntomas de enfermedades que, por darles sólo un tratamiento sintomático, pudieran quedar ocultas. Además, algunos de los efectos secundarios, no son propiciados por el ácido acetilsalicílico, sino por la vitamina C que se le añade en alguna de sus presentaciones, de la misma manera que muchos males proclamados en la propaganda antidroga oficial, corresponden a los adulterantes y no a la droga en sí. Y, por último, es también estrictamente cierto que el número de muertes anuales atribuidas en EE.UU. a la heroína son aproximadamente las mismas que las debidas a la aspirina, unas 2.000 .

En definitiva, no he mentido, pero ¿he expresado la verdad con honestidad? No. No he hecho mención de las probabilidades que hay de que se presenten los efectos secundarios, he hablado de las virtudes de la droga de tal manera que las he convertido en defectos y he amplificado las connotaciones morbosas de las descripciones. Especialmente odiosa, por su carga de desinformación es la frase “Inyectada puede transmitir infecciones como la hepatitis y el SIDA”. Este texto, sin más explicaciones, lo he encontrado publicado, tal cual, en un folleto informativo de nuestras instituciones públicas sobre la cocaína . No decir que esa transmisión es sólo posible con el uso de jeringuillas ya infectadas, es decir, debido a la falta de higiene en la administración, es cualquier cosa menos información. Como ejercicio, prueben a elaborar un panfleto ‘informativo’ similar a partir de las instrucciones de uso de cualquier marca de píldoras anticonceptivas, por poner sólo un ejemplo de medicamentos menos ‘inocuos’ que la aspirina. Verán que el resultado sería, probablemente, apocalíptico.

Este es el tipo de información que damos hoy, de manera mayoritaria, sobre las drogas.

Pero el ejemplo debería servirnos para reflexionar sobre la pregunta antes formulada. Vistos los peligros demostrados ¿deberían prohibirse las Aspirinas? Hoy en día es una droga de venta libre, tomada diariamente por millones de personas. La sobredosis de aspirina es hoy una de las intoxicaciones mas frecuentes, incluso en niños menores de 5 años . Pero es cierto también que la aspirina es un espléndido analgésico y antipirético, de la que se descubren a menudo nuevas aplicaciones terapéuticas, como por ejemplo su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Por todo ello, escogemos aceptar unos riesgos a cambio de unas ventajas, y nos parecería probablemente una estupidez garrafal retirar del mercado la Aspirina, con lo que, por cierto, conseguiríamos, probablemente, su aparición en el mercado negro, en situación de adulteración, de calidad incontrolada y a precios hinchadísimos de los que se beneficiarían las bandas organizadas.

Un ejemplo más. Leamos esta cita de los doctores Sir Clifford Allbut, profesor de medicina interna en la Universidad de Cambridge, y Walter Dixon, profesor de Farmacología en el Kings College de Londres, referente a los efectos de cierta droga: “Quien los sufre está tembloroso, y pierde su auto-control; sufre ataques de agitación y depresión; pierde el color y su apariencia es demacrada. El apetito decae, y se le manifiestan síntomas de afección gástrica. El corazón también se resiente; tiene palpitaciones o arritmias. Como con otras sustancias similares, una nueva dosis del veneno proporciona un alivio temporal, pero a costa de un sufrimiento futuro.” Estas palabras se escribieron a principios de siglo, referidas al café, a fin de hacer ver la necesidad de su prohibición.